El último informe State of the World’s Birds 2025, de BirdLife International, revela la situación de las aves a nivel mundial, con muchas especies sufriendo descensos significativos. Entre las mayores amenazas se encuentran la pérdida y degradación de hábitats, el cambio climático y las especies invasoras, estas últimas entre las tres principales causas del descenso de la población. La combinación de estas amenazas pone en peligro no solo a especies concretas, sino también el equilibrio de los ecosistemas en los que se insertan.

 

La destrucción de hábitats sigue siendo la principal amenaza, impulsada por la expansión agrícola, la urbanización, la deforestación y los cambios en la gestión del territorio. Muchas aves dependen de hábitats específicos, como humedales, bosques nativos o zonas costeras, y la pérdida de estos espacios conduce a la disminución de las poblaciones y, en algunos casos, a la extinción local de especies.

 

El cambio climático también representa una amenaza creciente, ya que altera los patrones migratorios, la disponibilidad de alimentos y la calidad de los hábitats. Los fenómenos extremos, como las sequías, las tormentas y las inundaciones, afectan a la reproducción y la supervivencia de las aves, lo que hace que su conservación sea aún más compleja y urgente.

 

Entre las amenazas más directas e inmediatas destacan las especies invasoras. Los depredadores introducidos, como ratas y gatos, se alimentan de huevos, crías y aves adultas, lo que puede poner en peligro las colonias de estas aves. En el archipiélago de Madeira, especies emblemáticas como la cormorán son particularmente vulnerables a estos depredadores, lo que subraya la necesidad de intervenciones concretas para mitigar esta amenaza.

 

El proyecto BESTLIFE2030 – STOP Predators, coordinado por SPEA, tiene como objetivo supervisar el impacto de las especies invasoras en las colonias de aves marinas e implementar estrategias de mitigación, incluyendo medidas de control y erradicación de los depredadores introducidos. El proyecto implica la colaboración con las autoridades locales, los pescadores y las comunidades costeras, reforzando la conciencia pública sobre la importancia de proteger estas especies y sus hábitats.

 

Aunque la pérdida de hábitats y el cambio climático siguen representando amenazas globales a largo plazo, este proyecto pretende destacar que las acciones locales bien planificadas pueden tener un impacto significativo en la conservación de las aves marinas. La protección de las poblaciones contra los depredadores invasores aumenta la resiliencia de las colonias, garantizando la supervivencia de las especies y la preservación de los frágiles ecosistemas costeros.